En los últimos años, hablar de minería se ha convertido en sinónimo buenos ingresos de divisas para los aparatos gubernamentales, pero también simboliza el atentado contra el medio ambiente, hecho que ha satirizado esta actividad que genera millonarias ganancias para las compañías mineras y los gobiernos de turno, que reciben considerables sumas de dinero mediante los gravámenes mineros.
Pero, en qué momento la minería se convirtió en el enemigo número uno de los comunidades campesinas y defensores ecologistas?
La respuesta es muy simple, la explotación minera ha crecido en gran manera debido a la aparición de mineras informales que no respetan las leyes medioambientales, generando impactos ambientales que en su mayoría son irreversibles.
En un llamado a la concientización, los órganos reguladores de actividades mineras han instado a los mineros informales a apegarse a la ley, ofreciéndoles la oportunidad formalizar su explotación, asesorándolos en la elaboración de su Estudio de Impacto Ambiental. Además de incitarlos a recibir cursos de minería, que los ayudarán a mejorar y regular sus trabajos.
La gran mayoría de trabajadores mineros han optado en seguir cursos de mineria en Intercade, una empresa especializada en transmitir conocimientos a obreros, profesionales y ejecutivos vinculados con el trabajo del sector minero.
Mediante los curso en minería, los trabajadores reciben instrucción en lo que se refiere a la explotación de minerales a cielo abierto o en la profundidad de un socavón, además de las medidas de seguridad que deben emplearse y sobre todo los reglamentos de preservación del medio ambiente.
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